En el otoño de 1928 el arquitecto Peder Clason (1894 - 1956) recibió la tarea de diseñar el Pabellón Sueco para la exposición mundial del año siguiente en Barcelona. El era hijo del gran Isak Gustaf Clason, decano de la Asociación de Arquitectos de Suecia, lo cual determinó el paso de muchos trabajos hacia sus hijos Peder y Gustaf.
Esto ocurría, precisamente con el rompimiento, entre aquel predominante clasicismo de la década de los 20 y las nuevas ideas de Le Corbusier y Bauhaus que intentaban entrar y que en Suecia se le llamaría Funkis (abreviatura en sueco de funcionalismo) Peder Clason diseño una caja sueca clásica de madera con paredes verticales de planchas y el escudo de Suecia sobre la entrada.
Suecia estaba presente, con un pabellón propio y una muestra total de la industria exportadora sueca de aquella época. Alfa-Laval, Asea, Separator, Bolinders, SKF, Ericsson, Electrolux, Volvo, Sandvik…… Más de cuatro mil metros cuadrados de superficie de muestras sólo para Suecia; obras de arte, esculturas, y la llave ajustable inglesa sueca que en ruso se llama "shvedik" (el suequito). La exposición debía haber dado el impulso de entrada en los años 30, para Suecia y el mundo. El pabellón y la torre atrajeron la atención de muchas personas, la industria Sueca estaba muy adelantada y el mismo pabellón y torre hacía un hermoso contraste con el palacio barroco de la colina de Montjuic.
En el jardín delante de aquel pabellón sueco, se encontraba un simbólico faro AGA con tres coronas. Suecia era un faro en el mundo. Esta torre de AGA, que casi parecía salida del modernismo ruso de aquel tiempo, "era un campanario disfrazado como torre de faro". Esta torre del AGA se convirtió en una alegre señal que casi pudo competir con el reconocido pabellón de Mies van der Rohes, que aún se conserva en el lugar de aquella vieja exposición, solo que una copia de nueva construcción.
Después de la exposición comenzó una nueva etapa para el pabellón y la torre de Peder Clason. Este había sido construido en madera con un ingenioso sistema de módulos en una carpintería de Örbyhus Ångsås en Upland y entonces fue desmontado en módulos cuando ya todo había pasado, Suecia donó el pabellón y la torre a la ciudad de Barcelona que a su vez envío éste a la ciudad de Berga, la cual está ubicada a 100 kilómetros al norte de Barcelona, en las colinas de los Pirineos.
Una gran inauguración en 1933 en Berga, el pabellón y la torre se había convertido en escuela de niñas para 300 señoritas de Barcelona, el cónsul Sueco habló en catalán, se tocó "du gamla, du fria" himno nacional de Suecia ("Tú la vieja, tú libre") y la bandera sueca fue izada delante de la escuela.
Cuando la guerra civil llegó a Berga en 1939 la escuela fue cerrada y ocupada por las tropas de Franco, como cuartel. El alcalde de Barcelona que había donado la escuela a Berga salió al exilio. El alcalde y el rector de Berga fueron ejecutados. El pabellón fue habilitado como almacén en donde guardaban diferentes utensilios militares, aparatos de retransmisión que utilizaban cuando subían a la montaña, equipos de invierno, esquí. Fuera de esta utilidad de almacén, en el aula central del Pabellón se acondicionó un bar para los oficiales, salón de recreación con mesas de ping-pong, cartas etc. Todo esto albergaba esta espléndida construcción en madera desde la ocupación del Pabellón en 1939 y hasta 1962., antes de ser demolido a principios de los años 60. Pero el recuerdo del pabellón y la torre siguió vivo.
Por: Lars Westman, escritor y periodista sueco