Saturday, January 03, 2015

Por qué no hay una placa e inscripción en el Jardín de la Aclimatación en Montjuïc que mencione la donación de Suecia en 1931?


Fotografía en blanco y negro de 1929 “Patrimonio que paso al olvido en Barcelona”.   
Pregunta que se formulan muchos Suecos residentes en Barcelona y visitantes quienes se desplazan a Montjuïc para conocer el lugar en donde 1929 fue erigida la Torre (funkis) y el Pabellón de Suecia construida en su totalidad en madera.

Fue al inicio de la II República Catalana. Desde 1931, este patrimonio Barcelonés ha sido regalado al olvido, sin embargo, siempre estará allí, en la memoria de unos pocos curiosos por la IDENTIDAD de la ciudad Condal. Cuando paseamos por la ciudad encontramos grabados, inscripciones, placas y monumentos. Siempre están allí, dispuestos a decirnos algo acerca de lo que vemos, y más si recorres la fantástica montaña de Montjuïc, citada por Jacinto Verdaguer como la madre orgullosa de su hija Barcelona, que extrae rocas de ella para construir sus edificios:

I al veure que traus sempre rocam de ses entranyes
per tos casals, que creixen com arbres amb saó,
apar que diga a l'ona i al cel i a les muntanyes:
mirau-la, os de mos ossos, s'es feta gran com jo!

La importancia del estudio de las placas e inscripciones para las disciplinas histórica y arqueológica. Desde tiempos inmemorables, las sociedades han tenido la necesidad de preservar y comunicar su memoria, para ello, se han valido de distintos medios. La literatura, la escultura, la pintura y la arquitectura, entre otros, han sido los recursos más utilizados para trasmitir este discurso histórico. Pero la Torre y el Pabellón de Suecia de 1929 construidos en madera han corrido con menos suerte, siendo olvidados por los políticos del Ayuntamiento de Barcelona durante más de 80 años, e ignorado o desconocido por historiadores catalanes.

En una ciudad como Barcelona, que está llena de historia que data desde la época romana, la fundación de una colonia romana llamada Barcino, pero con una leyenda del origen cartaginés, otorga a Amílcar Barca, padre de Aníbal, la fundación de la ciudad hacia el 230a.C. con el nombre de Barkenon, Barcelino o Barci Nova, en relación a su linaje.

Las placas aparecen en el momento en el que el hombre siente la necesidad de que un evento sea recordado por los demás. Un evento que está cargado de un discurso, un discurso de época, de política y, por que no, de sentimiento. Las placas cumplen entonces, al igual que la historia, con una función social: ser recordatorio de una acción pasada.

El grabado se remonta a los orígenes del hombre, en paredes de las cuevas, llamado pinturas rupestre; en objetos de piedra y de hueso. La duplicación de imágenes grabadas data de hace unos 3.000 años cuando los Sumerios realizaron diseños sobre sellos cilíndricos de piedra. Podríamos llamar a las estelas y grabados en piedra o las piedras rúnicas vikingas erigidas en honor de personas que participaron en las expediciones vikingas. “Las primeras placas conmemorativas”, pues rememoraron situaciones que la sociedad debía recordar. Estas conllevaban toda una carga ideológica y tenían un propósito más allá de la mera remembranza. Con el tiempo, esta manera de expresión fue cambiando en forma y materiales más no en esencia. En la actualidad, podemos encontrar una placa explicando un momento histórico, recordándonos quien ingenió aquel monumento arquitectónico, o bien, una emotiva conmemoración funeraria. Las encontramos también en las calles y paredes de edificios hablándonos de cómo fue el pensamiento de la gente que las mandó a poner y los momentos que ellos consideraron dignos de memoria.

En la investigación realizada en la ciudad de Estocolmo durante el año de 1996, en los archivos Históricos de Suecia, (Riksarkivet) nos ubica en Montjuïc, lugar en donde inició esta historia, y como no hay placa alguna, este ciudadano de a pie ha decidido publicar dos libros: Un primer libro infantil (de 6-12 años) llamado “La historia de la Torre de Sucia en Barcelona”, ISBN 978-84-617-2591-5, y un segundo libro para adultos llamado “Historia que forjaron humanistas suecos en la II República Catalana”; y como subtitulo “Donación del Pabellón y la Torre de Suecia de 1929 al Ayuntamiento de Barcelona”. El primer libro se presentará el día de San Jordi 2015, el segundo libro se publicará a finales del 2015. Reitero, cómo en este lugar no hay placa, el libro se volverá un documento invaluable. Dos libros que, aunados a su contexto, puede proporcionar un mar de información acerca del pensamiento de quién ostentaba el poder en aquellos años primero la Mancomunidad de Cataluña, luego la llamada dictadura con el Rey, Alfonso XIII, y el general Primo de Ribera, luego la República para finalizar en la guerra civil española. Al inicio de la historia en 1929, los avances tecnológicos de la época, la modas, tendencias, momentos cruciales e inclusive comportamientos sociales, personajes catalanes, españoles y suecos que gestaron esta herencia. Cómo si fuera, una placa hecha libro, con recuerdos históricos de los acontecimientos que sucedieron en la sociedad de 1929 al 1939 y que nos traerán hasta nuestros días. 
Por qué no hay una placa de la Torre y Pabellón de Suecia en este lugar? Siendo un hecho trascendental e importante, es una pregunta para los políticos y responsables de la cultura del Ayuntamiento de Barcelona, y es aquí en donde a los responsables políticos y sociales del patrimonio barcelonés les hace falta resolver. La memoria histórica tiene que ver con el proceso subjetivo de darle sentido a la Catalunya actual que lucha por una independencia, por un país libre y soberano. No pueden seguir ignorando este patrimonio con importantes elemento conmemorativo que contiene valores de fraternidad y solidaridad, un equipamiento con un discurso de la época y con un grupo de persona humanistas que la hicieron realidad como lo fueron el comisario Albert Winqvist y el embajador Carl Ivan Danielsson, homenajeado en los Museos del Holocausto en el mundo. “Justo entre las Naciones”

Por ahora, como no hay placa, serán estos 2 libros los que se vuelven documentos o placas invaluables. Así, quedará por ahora estos libros – placa en las librerías de Barcelona, evocando un recuerdo histórico, y por qué no, arquitectónico de lo acontecido en la montaña de Montjuïc en Barcelona de 1929.

En el collage: María Elisa Guerrero y Jairo Narváez recorriendo el Jardín de la aclimatación, en donde estaba erigida la Torre y Pabellón en 1929. (ver fotografía en blanco y negro). Evocando el espíritu creativo de Montjuïc, muy cerca una placa y una Olivera en el jardín de la Aclimatación recuerda 25 millones de muertos en el mundo a causa del SIDA. Se hace mención en una placa recordatorio de las víctimas como Barcelona solidaria en 2003, convirtiéndose en la primera ciudad europea en erigir un monumento en memoria de las víctimas del SIDA. 23 losas de piedra grabados con versos del poeta Miquel Marti Pol nos recuerdan más de 25 millones de muertos por esta enfermedad. Ilustraciones de la Torre del libro infantil paginas 35 la torre leyendo el escrito de 1930 la donación en nombre del rey Gustavo V de Suecia. y pagina 38, la torre ya siendo patrimonio Barcelonés se pregunta: “Qué va hacer el Ayuntamiento de Barcelona conmigo?” en el libro infantil la torre es recreada por su forma”funkis” en una niña que nos narra su historia desde que fue construida en su cuna Montjuïc hasta el fin de la Guerra civil española 1939. Trasportándonos a nuestros días con esa magia y ese espíritu renovador que se vive en la Montaña de Montjuïc.

Han pasado 86 años desde el inicio de este acontecimiento histórico, y 76 años de desconocimiento o displicencia por parte del Ayuntamiento de Barcelona. Al escribir “Torre y Pabellón de Suecia 1931 patrimonio barcelonés” en la pagina web del Ayuntamiento, su motor de búsqueda no genera ninguna información. Se desconocen estos hechos. Este patrimonio pasó al olvido en Barcelona.

 
Todos los gráficos del libro Infantil de la Torre estas registrados en patentes marca y diseño D0520153-01

Jairo Narváez
Coordinador propuesta ciudadana, reconstrucción de la Torre de Suecia en Montjuïc , dese 2005. Presentada al ayuntamiento en el 2005.