En 1962 durante 105 días, 32 voluntarios que prestaban el servicio militar de la antigua caserna de Berga. Ejercito del este Comandancia Militar (antiguo grupo escolar permanente del Ayuntamiento de Barcelona) desmontaban el pabellón de Suecia patrimonio cultural donado por el estado y el rey de Suecia al ayuntamiento de Barcelona al finalizar la exposición universal de 1929. Terminada la labor de los voluntarios del regimiento militar, es con honores de trompeta despedida la ultima carga de madera con dirección a Barcelona para su venta, perdiéndosele el rastro.
En los documentos del Archivo Nacional de Suecia y debidamente clasificados y traducidos al español informa el Comisario de la Exposición, Sr. Albert Wingvist, que al finalizar la exposición de Barcelona de 1929, tenía sobre su mesa cuatro propuestas de empresas de la construcción deseosas de comprar el Pabellón para reutilizar la madera en construcción de edificios del ensanche de Barcelona, y dos empresas del textil una de Tarrassa y la otra en Sabadell, empresas que utilizarían el pabellón como nave dentro de sus respectivas fábricas.
En la documentación se desprende que las autoridades suecas de la época tenían otros fines con el Pabellón y la Torre, lo cual lo dejaron patente en su donación efectuada por el estado y el rey de Suecia al Ayuntamiento de Barcelona el día 16 de septiembre de 1930 y el 5 de febrero de 1931 cuando se formalizó en cesión plenaria del Concejo Municipal, el Comisario General de Suecia, Albert Wingvist, daba posesión de dicho Pabellón y consigo la Torre al Ayuntamiento de Barcelona pasando a formar parte del Patrimonio Municipal de Barcelona.
Hoy en día 44 años después del expolio de este valioso patrimonio cultural los ciudadanos suecos residentes en Barcelona y amigos / as de la Torre de Suecia, reivindican sea restaurada la torre de Suecia en Montjuïc. Desde la petición ciudadana del 20 de octubre de 2005. Todos los días una “fusta” (madera en Catalán) y no parar hasta el día de la inauguración. La aparente frase y petición ciudadana tiene su fundamento en el concepto de democracia que manejamos, como ciudadanos y en una participación cívica dentro de un Ayuntamiento democrático y moderno como es el de Barcelona, crea oportuno plantear el debate de la participación cívica en la gestión municipal.
Creando un precedente democrático. El legado cultural dejado por aquellos políticos que apostaron por la apertura democrática vivida terminada la dictadura del general Primo de Ribera. Hoy en día sin la reflexión no hay un camino hacia la democracia. Con la restauración de la Torre en Montjuïc podremos hablar de democracia a nuestros hijos y hablarles de progreso y desarrollo que aportan estos nuevos políticos del siglo XXI también hemos de explicar y justificar muchas conductas y lo más necesario hoy es su consideración como una forma ética de vida colectiva.
Jairo Narváez
Coordinador de la petición ciudadanaBarcelona 14 de diciembre de 2006
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