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Friday, April 08, 2016
Un Escaparate al Modernismo, de España al mundo. “la Exposición Internacional de la dictadura en Barcelona 1929”
En 1929 se celebraron en
España dos grandes y propagandísticos acontecimientos, uno de ellos, la
Exposición Internacional de Barcelona, evento que fue reprogramado, ya que en
sus origines hubiese tenido que celebrarse en 1926 – 1927, originalmente
llamado “Exposición de Industrias
Eléctricas”. Este evento, aporte ideado por la Mancomunidad Catalana, fue
cancelado por la dictadura que se impuso en España a partir del 13 de
septiembre de 1923, reprogramándolo luego la dictadura con el nombre Exposición
Internacional de Barcelona 1929. El otro acontecimiento, utilizado por la
dictadura como propaganda, fue la Exposición Iberoamericana de Sevilla.
Estos dos acontecimientos
fueron explotados como escaparate de la modernización del país ante el mundo.
La Exposición Iberoamericana en Sevilla y la Exposición Internacional de
Barcelona fueron inauguradas después de muchos contratiempos. El llamado éxito
indiscutible de ambas exposiciones no consiguió disimular una evidencia, el
hecho de que la dictadura y la monarquía empezaban a resquebrajarse. En las
economías emergentes se inició el jueves negro, 24 de octubre, día en el que
dio comienzo la caída de la Bolsa de Nueva York y con ella el crak (quiebra)
del 29 y la gran depresión.
L a llamada Exposición Internacional
de Industrias Eléctricas se celebraría del 12 de octubre de 1926 al 1 de julio
de 1927, según consta en la invitación entregada el 31 de diciembre de 1923 en
Estocolmo, por el conde de San Esteban de Cañongo, habiéndose ya posesionado la
dictadura unos meses antes. La dictadura anula la planeada exposición de 1926,
expulsando a todos los organizadores de este evento, en su mayoría catalanes.
Este fue el inicio del desmantelamiento institucional de la Mancomunidad
Catalana y sus ideales culturales y progresistas. 4 años después, luego de muchos tropiezos, la
dictadura llevó a cabo esta idea en el 1929.
En la ciudad de Estocolmo, un 24 de enero de 1927, se entregó otra
invitación al Ministro de Relaciones Extranjeras, Sr. Eliel Löfgren, dirigida al
Rey de Suecia, Gustaf V, y firmada por Don Carlos D. Domingo. En ella se daban
fechas erróneas de apertura de la exposición, del 1 de abril hasta el 31 de diciembre de
1928.
Al cabo de unas semanas,
la delegación de España en Estocolmo dirigió el 24 de febrero de 1927 un tercer
documento rectificando el error y dando como fecha de inicio de la exposición
el 1 de abril de 1929. Esta vez no se dio fecha de clausura.
Los nuevos cargos
políticos institucionales y municipales impuestos por la dictadura y que
gestionarían los temas del evento, fueron conocidos como el Consejo de Enlace
de la Exposición General Española, el cual incluía delegados de organización y
propaganda que sistemáticamente iban eliminando los símbolos públicos
catalanistas para evitar su visibilidad mediática durante la llamada Exposición
Universal que tendría lugar en Montjuïc. La sustitución de este ideario de la
Mancomunidad Catalana que se llevó a cabo por los arquitectos afines a la
dictadura, fueron eliminando y
modificando grandes obras bajo sus designios, cambiaron un proceso urbano
entorno a Montjuïc.
Algunas de las maniobras
para “castellanizar” a Catalunya y a Barcelona fueron: Nombrar Pueblo Español
al complejo que debía de llamarse “Iberona”, en homenaje a los Íberos (los
primeros habitantes de Catalunya), modificando también la idea inicial de esta
obra; otra, denominar Plaza de España a la plaza desde la cual se accedía al
recinto de la exposición, acondicionarla con una fuente central, cuya ornamentación
hace alusión al más claro y alegórico estilo del poder Español y su historia;
así mismo, construir dos torres venecianas, obras bien vistas por él general
Primo de Rivera, influenciado por los cambios que se vivían en la Italia del Duce,
Benito Mussolini. Igualmente, en 1928 se derribaron las cuatro columnas con
capiteles jónicos, que fueron levantadas en 1919 y simbolizaban las cuatro
barras de la bandera Catalana (Senyera Catalana). Este símbolo del catalanismo
fue obra de Josep Puig i Cadafalch, el más importante de los arquitectos
modernistas catalanes, historiador de arte y político. Un gran ideólogo y
defensor del ideario de Catalunya, quien, en la entrada de la siguiente
dictadura del General Franco, fue totalmente inhabilitado.
España a través de los informes suecos de 1923 a 1937
Los sistemas democráticos
se tambaleaban en Europa, en Alemania, Adolf Hitler; en la URSS, Stalin; y en
Italia, Mussolini. El fascismo se implantaba en Italia en 1922. Se fundó en
Alemania el NSDAP y los regímenes autoritarios alcanzaron a Portugal y Polonia.
Según escribía la prensa de entonces, Primo de Rivera se reuniría con Benito
Mussolini, a quien elogiaba diciendo que era "El apóstol de la campaña
contra la anarquía y la corrupción política", recogiendo con agrado una
parte importante del sistema corporativista que Benito implantaba en Italia y
que pretendió importar a España.
La explosión de este
modelo autoritario, de fuerte sentimiento nacionalista, muy crítico con los
sistemas democráticos débiles y acomodados, provocó una reacción en España,
debido a la rápida extensión en toda Europa de las ideas emergentes de los
socialistas, quienes contaban con un amplio apoyo de las masas populares.
En varios de los escritos, el embajador de
Suecia, Carl Ivan Danielsson, pone en evidencia las relaciones de Primo de Rivera
y el Embajador sueco. Entre otros, narra las diferentes charlas que tuvo con el
General en diferentes banquetes y cenas privadas con el dictador en Madrid y en
Barcelona. Terminadas las cenas, durante las tertulias en el salón de los
cigarros y el brandy, el General, con un claro laconismo militar, manifestaba
sus ideas y sus proyectos para con Barcelona.
El embajador Carl Ivan
Danielsson tenía un perfecto conocimiento del castellano, uno de los motivos
por el cual el general Primo de Rivera le invitase a cenas en varias ocasiones
en la capital y en la ciudad condal. El general encontraba un interlocutor
diplomático sin intérprete para exponerle sus ideas e inquietudes del nuevo
fascismo que surgía en la Europa. Es así como en varias de estas invitaciones,
el general le expresara sus elogios y su encendida admiración hacia el dictador
italiano Benito Mussolini: “El Duce del fascismo”, “El apóstol de la campaña
contra la anarquía y la corrupción política”.
En los informes y notas
diplomáticas confidenciales enviadas al rey Gustavo V y a la cancillería Sueca,
el embajador describe el ferviente deseo de Primo de Rivera de invitar a Benito
Mussolini a Barcelona. Cuando se refería al “Duce” el general, se enaltecía con
una elocuente lírica militar y le describía, en tono autoritario, como se
llevaría a cabo en el Palacio Nacional de Barcelona un acto a celebrar
enalteciendo el fascismo, terminado el parlamento del anfitrión y su invitado
de estado; efectuarían una salida
triunfal con honores e himnos militares trasladándose a pie desde el Palacio
Nacional hasta la llamada Plaza España para homenajear a su invitado de estado,
Benito Mussolini flanqueado entre las dos torres venecianas. Todo un ceremonial
al más claro estilo romano. Una gran parafernalia con banderas, himno, marchas
militares y los enaltecidos “Viva el Duce de Italia!”, “Viva el fascismo!”,
“Viva Benito Mussolini!”.
El porqué de las Torres Venecianas en Barcelona
La idea de invitar a Benito Mussolini a Barcelona le venía rondando a Primo
de Rivera desde que le impuso al arquitecto, afín a la dictadura, presentar un
proyecto arquitectónico con un claro matiz de arquitectura románica. En la exposición
del 1929, varias de las obras en Montjuïc fueron de imposición y modelo
autoritario; así quería el General Primo de Rivera aproximarse algo más al
fascismo, como lo describe el embajador sueco Carl Ivan Danielsson: “Siempre
con decisiones de manera tímida en el ámbito internacional, sin dejar el fuerte
sentimiento fascista y con su claro laconismo militar, fundamentalmente
abogados por sus anhelos de grandeza”. Describe el embajador: “Para
el dictador, los proyectos arquitectónicos son parte integral de los planes
para crear un renacimiento cultural y espiritual del fascismo en España, y
parte de sus planes para con Barcelona fueron esas dos torres venecianas”. “Las
dos torres venecianas fueron construidas para enaltecer al fascismo y su líder
máximo”. De esta forma lo
describía en los escritos a mano, “notas diplomáticas confidenciales”,
dirigidos al Rey Gustavo V, explicando con detalles las conversaciones. Estas
notas nunca fueron realizadas en taquigrafía, o en máquinas de escribir.
Las torres venecianas a la entrada de la feria de
Barcelona fueron una clara alegoría a un país en donde se vivía un fascismo, que
durante la guerra civil española bombardeo Barcelona y más tarde llevo a Europa
a una sangrienta y desbastadora Segunda Guerra Mundial.
Adolf Hitler fue un
admirador de la Roma Imperial. Quería trasformar Berlín en una ciudad
faraónica. El proyecto de arquitectura nazi en Salzburgo tiene en su entrada al
recinto dos columnas con cierta similitud
a las venecianas de Barcelona. Sería la capital que Hitler quería para
su imperio, el eje sobre el que debía gravitar el universo nazi. Albert Speer,
el arquitecto del III Reich y otros, como Marcello Piacentini, el arquitecto y
urbanista italiano, trabajó intensamente durante la época fascista y consolidó
su imagen de arquitecto favorito de Benito Mussolini y del Fascismo. Los
arquitectos catalanes que ejecutaron estas obras modificaron notablemente el
aspecto de la montaña de Montjuïc, como el arquitecto Ramón Reventós i Farrarons.
Fueron arquitectos afines de la dictadura del General Primo de Rivera.
La Finalidad de las Exposiciones Internacionales.
En las exposiciones
internacionales que se han realizado en todo el mundo, surgen arquitecturas
nuevas, no se trata de copiar, más bien innovar. Es lo que llaman Exposición Universal Arte y
Progreso. Un acontecimiento tradicionalmente considerado como símbolo de
progreso e innovación, como han sido en todas las Exposiciones Universales.
Nuevas concepciones en la construcción, no copias de otras arquitecturas, y
nuevos adelantos en la industria se unen para darle a las Exposiciones
Universales una radiante brillantez y una enorme influencia. Como ejemplo, un
símbolo principal de las Exposiciones Universales fue y es la Torre Eiffel, de
1889, y que servía como arco de entrada a la feria en Paris.
Con
toda seguridad la entrada a la Exposición de Barcelona tenia otra
arquitectura (dos torres inspiradas en el modernismo catalán probablemente) de los verdaderos
impulsores arquitectos modernistas catalanes, defensores del ideario de Catalunya,
de la Mancomunidad Catalana. Esta
exposición inicialmente se llevaría a cabo en 1926 – 1927 y se llamaría
Exposición Internacional de Industrias Eléctricas, como se recoge en el
documento entregado por el Conde de San Esteban de Cañongo, jefe de la
delegación de España, en Estocolmo, un 31 de diciembre de 1923, al Barón E
Marks von Würtemberg, Ministro de Relaciones Extranjeras, y el cual fue
presentado al Rey de Suecia, Gustavo V, el 8 de enero de 1924. Suecia fue el primer país de aceptar la
invitación, en la primera estancia, luego en la segunda 4 años después.
En el folleto de
información y propaganda en Inglés de la Exposición de Industrias Eléctricas, con
gráficos para la exposición de 1926 - 1927, entregado a la embajada Sueca en
Madrid, contiene un gráfico en el que se aprecia, entre otros, los llamados
inicialmente pabellón del Arte Moderno y de la Arquitectura, durante la
exposición de 1929 llamados Palacios de Alfonso XIII y de Victoria Eugenia,
obra de Josep Puig i Cadafalch y Guillem Busquets. Fueron los primeros
edificios en construirse, siendo terminados en 1923, fecha en la que acogieron
una Exposición del Mueble y la Decoración interior. Con una superficie de
14.000 m2 cada uno, tienen planta rectangular, formada por módulos
cuadrangulares dispuestos a modo de retícula. Las fachadas están inspiradas en
el barroco catalán, con un conjunto de cuatro torres por edificio, rematadas
por unos pináculos de forma piramidal, y decoración de esgrafiados en los
muros, representando columnas salomónicas y motivos vegetales. Suecia,
Finlandia y Dinamarca los ocuparon durante la Exposición 1929.
Plano
general de la Exposición folleto de propaganda para los países extranjeros
En el gráfico de la
exposición, en la plaza circular se aprecian dos columnas inspiradas en lo que
sería una muestra del modernismo catalán a la entrada de la exposición, obra de
Puig i Cadafalch. Las torres surgen al final de un pasillo con columnas de
menor escala, continuación del hemiciclo formado por una columnata de estilo
barroco, que aparecen en el conjunto de la plaza circular dando una continuidad
a la fachada del recinto.
Por razones desconocidas,
el folleto y propaganda en idiomas inglés, francés y portugués no fue censurado,
ya que en él se aprecian las cuatro columnas de Puig i Cadafalch construidas en
1919 y que fueron derribadas en 1928. Durante la dictadura se fueron eliminando
de forma sistemática todos los símbolos públicos del catalanismo para que no
tuvieran el eco que les podía dar la Exposición Internacional de la dictadura, en
1929, que tenía que celebrarse en Montjuïc.
Los arquitectos catalanes
Josep Puig i Cadafalch y Guillem Busquets eran los diseñadores de la sesión
oficial de la Exposición de Industrias Eléctricas. Junto con otros arquitectos
catalanes fueron distanciados, desterrados del proyecto al inicio de la
dictadura de Primo de Rivera. Este proyecto fue retomado por la dictadura 3 años
después con arquitectos catalanes afines a la dictadura, renombrando al evento
Exposición Internacional de 1929, lo que llamaría Un Escaparate del Modernismo en España al Mundo.
Arquitectura:
Las Torres venecianas en plaza España, estas dos torres de planta cuadrada y 44
m de altura se concibieron como la puerta de entrada a la Exposición
Internacional de Barcelona y están inspiradas (según el informe de propaganda
de la feria de 1929) en el campanario
“campaniles” de la catedral de San
Marcos de Venecia (de ahí su nombre). En este trabajo hay un trasfondo del
porqué fue una arquitectura impositiva, no siendo fiel a los principios
arquitectónicos de la normas a seguir de una feria universal.
Las construcciones para
las ferias universales en la mayoría de sus obras arquitectónicas y siguiendo los principios, tienen qué ser
nuevas arquitecturas muchas de ellas, se construyen con piedra o elementos de
construcción artificial, obra vista, con materiales poco nobles pero coherentes
con la voluntad de ser derribadas una vez terminada la Exposición.
Gráficos folleto de la
feria en inglés, impreso por Seix y Barral
S. A. Empresa de artes gráficas fundada a Barcelona el 1911. Imprenta
oficial de la publicidad de la Exposición de Barcelona de 1929. También es
reconocida por ser la imprenta que diseña muchos de los carteles de la Guerra
Civil Española.
Jairo Narváez, Estocolmo Suecia 2016
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